La demanda de autos eléctricos va en crecimiento y por ello también se requiere mayor cantidad de minerales.

Los vehículos eléctricos tendrán un impacto importantísimo en la demanda de materias primas metálicas en 2020. La llegada del coche eléctrico de forma generalizada al mercado automotriz podría requerir 390 000 toneladas adicionales de cobre, 85 000 toneladas de níquel y 24 000 toneladas de cobalto para 2020.

Un vehículo común a gasolina utiliza unos 24 kilos de cobre, mientras que un auto eléctrico puede utilizar entre 50 y 113 kilogramos. Este metal se usa, entre otras cosas, para cablear el vehículo por su alta conductividad.

La empresa Glencore es el mayor productor mundial de cobalto, uno de los principales componentes metálicos de las baterías, y también es uno de los mayores productores mundiales de níquel y cobre. A nivel mundial, México ocupa el séptimo lugar en la producción de cobre, siendo Sonora, el estado con mayor producción en el país.

Según Glencore, “se necesitará vender los metales a mayor precio” para incentivar la generación de proyectos mineros. “Se prevé que la transformación actual de la energía y la nueva movilidad desbloquee nuevas fuentes de demanda de materiales como el cobre, el níquel y el cobalto”.

Con el fin de estudiar la relación entre la demanda de estos minerales y el coche eléctrico, la consultora CRU analizó la cantidad de metal necesaria para cumplir los objetivos establecidos por el foro de fomento del vehículo eléctrico, conocido como EVI (Electric Vehicles Initiative). El EVI, que incluye a China, Canadá, India, Japón y EE.UU. entre otros, asegura que el 30 por ciento de las ventas de vehículos serán modelos eléctricos en 2030.

Para alcanzar esta meta pronosticada por el foro, la demanda de metales por parte de la industria del automóvil a nivel global alcanzaría 4,1 millones de toneladas de cobre (18% de la oferta total de 2016), 1,1 millones de toneladas de níquel (56% del total en 2016), y 314.000 toneladas de cobalto, (314% de la oferta de 2016) lo que se traduce en una demanda que se triplicaría en algunos casos. Este análisis incluye el metal necesario para la construcción de redes de infraestructura eléctrica, su almacenamiento y la fabricación de los propios coches eléctricos y sus baterías.

Un material importante en las baterías de los vehículos eléctricos es el litio. La batería de un modelo Tesla S contiene en promedio 38,5 kg. de ese mineral.

El litio sirve para mover los iones que separan los electrodos negativos y positivos de las baterías. La producción a 2027 de estos vehículos utilizará 500 toneladas de carbonato de litio.

La demanda de litio debería crecer hasta 10% al año, en parte gracias a la mayor producción de estos autos.

El aluminio también se beneficiará de la búsqueda generalizada de las empresas por construir autos cada vez más livianos.

Fuentes:

http://www.mch.cl
https://www.hibridosyelectricos.com