11 Oct 2023 La importancia de la minería en la energía limpia
Una cadena de valor sólida en el suministro de minerales vitales es crucial para asegurar una exitosa transición energética. Esto se debe a que las energías renovables y los vehículos eléctricos dependen en gran medida de minerales como el cobre, el litio, el níquel, el cobalto, entre otros.
En 2021, la Agencia Internacional de Energía (AIE) realizó un informe especial que proyectaba los requisitos futuros en los minerales para diversos escenarios climáticos y de tecnologías energéticas.
El estudio examinó energías bajas en carbono, como la energía solar fotovoltaica y la energía eólica. Así mismo, incorporó los requisitos de minerales para vehículos eléctricos (VE), baterías e hidrógeno entre 2030 y 2040. Los resultados predijeron que la demanda de minerales requeridos para tecnologías de energía limpia aumentará cuatro veces para 2050.
En consecuencia, las prácticas mineras sostenibles son cruciales para promover un futuro más verde.
Un ejemplo de esto, son los paneles solares que convierten la luz solar en electricidad mediante un proceso fotovoltaico, el cual separa los electrones de la luz solar para crear electricidad. Un panel solar requiere de 5% de silicio; un 8% de fósforo, boro y aluminio; un 1 % de cobre, y el 0.1% de plata. Cada uno de los metales en un panel solar cumple una función específica que, cuando se combinan, aprovechan eficientemente la energía solar.
Este no es el único ejemplo, pues para construir un aerogenerador de 3 megavatios que se encuentra a una altura de 150 metros, se requiere 1 tonelada de concreto, 335 toneladas de acero, 4.7 toneladas de cobre, 3 toneladas de aluminio, 2 toneladas de elementos de tierras raras y otros materiales, incluyendo zinc y molibdeno. De igual manera, los imanes permanentes de los generadores que mueven las turbinas contienen neodimio, hierro, boro y disprosio.
Ahora bien, hablando de los vehículos eléctricos (VE) se requiere una variedad más amplia de minerales para sus motores y baterías. En promedio, un VE puede pesar aproximadamente 340 kg más que un vehículo de combustión debido a que contiene hasta seis veces más minerales.
El litio, el níquel, el cobalto, el manganeso y el grafito son fundamentales para la eficiencia, la durabilidad y la densidad energética de las baterías. Además, los vehículos eléctricos pueden tener más de un kilómetro de cableado de cobre en el estator para convertir la energía eléctrica en energía mecánica.
La utilización de minerales tiene una importancia significativa en la transición energética, por lo que ha llevado a un aumento en la demanda de inversiones. Con la industria solar lista para utilizar 888 millones de onzas de plata en esta década y un sector de vehículos eléctricos en expansión que requiere 55 millones de onzas anualmente, la energía fotovoltaica y los vehículos eléctricos son claramente las principales fuentes de demanda de minerales.