El compromiso minero por cuidar el agua

El compromiso minero por cuidar el agua

La industria minera de México ha asumido un fuerte compromiso con la gestión sostenible de los recursos naturales y la protección del medio ambiente. En un mundo en el que la conciencia medioambiental se está convirtiendo en una prioridad ineludible, el sector minero es un ejemplo de compromiso y acción concretos. En este contexto, el año 2022 marcó un hito significativo, con una inversión de 5,881 millones de pesos destinados a iniciativas ambientales, lo que representa el 14% del presupuesto asignado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) para ese año.

Los esfuerzos de la industria minera se centran en tres objetivos básicos. El primero es optimizar el uso del agua y evitar descargas nocivas al medio ambiente. El agua es un recurso esencial tanto para el procesamiento de minerales como para la sustentabilidad de las comunidades aledañas. Mediante una gestión responsable del agua, el sector minero garantiza su disponibilidad a largo plazo y su uso eficiente.

En segundo lugar, la eficiencia energética es una prioridad. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es un compromiso inquebrantable. Se buscan fuentes de energía más limpias y se aplican tecnologías avanzadas para minimizar el impacto medioambiental de las operaciones.

En tercer lugar, se persigue la transformación de la huella minera en un impacto positivo en las comunidades locales. La minería es un motor económico en muchas regiones de México y el sector minero se esfuerza por maximizar los beneficios para las comunidades cercanas a sus operaciones. La responsabilidad social y el desarrollo sostenible son pilares esenciales de esta transformación.

En México, aproximadamente el 76% del agua se utiliza para fines agrícolas, el 14% para abastecimiento público, el 5% para el sector energético y el 5% para el sector industrial.

La industria minera, en cumplimiento con la normatividad gubernamental, opera con permisos y autorizaciones de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) para hacer un uso responsable del agua. Además, trabaja incansablemente en la meta de cero descargas nocivas, implementando sistemas de gestión y tecnologías de vanguardia para el uso eficiente y sustentable de los recursos hídricos.

Cabe destacar que casi el 70% del agua consumida en 2022 procedía de aguas residuales tratadas y recirculadas, una sólida demostración del compromiso del sector con la reutilización de recursos y la reducción de su huella hídrica. Esto se está consiguiendo mediante la aplicación de medidas para reducir el consumo de agua de primer uso, el uso de aguas residuales tratadas en las operaciones y la reutilización del agua de proceso.

Además, las empresas mineras gestionan plantas de tratamiento de aguas de proceso, que incluyen las aguas sanitarias de las operaciones, los comedores y los campamentos. Estas instalaciones contribuyen al saneamiento y la reutilización del agua en sus operaciones y en la comunidad circundante. En 2022, había 100 plantas de tratamiento distribuidas en 16 estados de México, un aumento significativo respecto a años anteriores.

La calidad del agua es una preocupación clave, y las empresas mineras realizan pruebas periódicas a través de laboratorios acreditados para garantizar el estricto cumplimiento de las normas. Esto incluye el control de la calidad del agua en los pozos de monitoreo y en los arroyos superficiales cercanos a las operaciones.

El sector minero se esfuerza constantemente por cumplir con la normatividad nacional e internacional, adoptando tecnologías avanzadas y mejores prácticas como parte de su cultura corporativa de mejora continua en su desempeño ambiental. Esta industria no sólo es consciente de su responsabilidad en el presente, sino que también mira hacia el futuro, donde la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente son imperativos ineludibles.