12 Oct 2019 El litio es protagonista en el Premio Nobel de Química 2019
El litio encabeza la familia de los metales alcalinos en la tabla periódica y se encuentra moderadamente distribuido en la corteza terrestre (65 partes por millón). Es el metal sólido más ligero, es blando, de color blanco plateado, muy dúctil y ligero.
El litio no se encuentra en estado libre en la naturaleza, solamente se le puede encontrar en compuestos. Su obtención, como la de cualquier otro mineral, se da por medio de la minería y es junto con el hidrógeno y el helio, los únicos elementos obtenidos tras el Big Bang, todos los demás fueron sintetizados a través de las fusiones nucleares que se llevaron a cabo en estrellas o supernovas. Ahora, el litio recobra protagonismo, pues uno de sus principales usos le ha dado el Premio Nobel de Química a un trío de científicos.
John B. Goodenough, Stanley Whittingham y Akira Yoshino, fueron condecorados con este prestigioso premio gracias a que fueron los primeros desarrolladores de baterías de iones de litio. En la actualidad, una gran cantidad de los aparatos electrónicos que utilizamos diariamente funcionan gracias a este tipo de baterías recargables. Mediante las baterías de iones de litio, podemos almacenar grandes cantidades de energía, no solo eléctrica, sino también eólica o solar, lo cual ha ayudado a disminuir en gran medida el uso de combustibles fósiles. Esta es la principal razón por la que la Fundación Nobel decidió otorgar el premio de este año a estos científicos.
Las baterías de iones de litio utilizan como electrólito una sal de litio que consigue los iones necesarios para realizar la reacción electroquímica reversible en el cátodo y el ánodo, para así poder producir energía. La ligereza de estas baterías, así como su elevada capacidad energética y su resistencia a la descarga, son los factores que más peso han tenido para que este tipo de baterías se conviertan en las más usadas en la tecnología de la actualidad.
Las baterías de litio han revolucionado la vida diaria desde que llegaron al mercado en 1991. Ahora, computadoras, celulares, tabletas e incluso hasta los automóviles eléctricos funcionan con estas baterías, que han sido de gran ayuda para establecer las bases de una sociedad inalámbrica y con menos uso de combustibles fósiles.
Tal vez, Goodnenough, Witthingham y Yoshino se llevaron las palmas (y el dinero) al recibir este Premio Nobel de Química, pero el elemento químico debe ser considerado como el verdadero protagonista de este adelanto en la tecnología, que nos ha permitido trabajar, comunicarnos y hasta transportarnos de una manera mucho más eficiente y amable con nuestro medio ambiente.
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