El oro para combatir el cáncer

El oro para combatir el cáncer

“El oro es lo más valioso en todo el mundo porque es inmortal y nunca se pudre. Los alquimistas se lo comen y disfrutan de la longevidad”.

Durante la dinastía Han, un autor y alquimista chino conocido como Wei Boyang, con esta frase, puso sobre la mesa los poderes de este metal precioso, y asoció las longevas propiedades del oro con la buena salud del cuerpo. Hoy, casi 20 siglos después, el oro vuelve a ser valorado por sus propiedades curativas y no solo por su valor adquisitivo, actualmente, se ha utilizado para el estudio contra el cáncer.

La Nanotecnología

El cáncer sigue siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo, y lamentablemente los casos siguen creciendo; tan solo en el 2012 se registraron alrededor de 14 millones de casos nuevos y se prevé que en los próximos 20 años el
numero de nuevos casos aumente hasta un 70%.

No obstante, el panorama no ha sido del todo oscuro. En los últimos 10 años, un nuevo campo de investigación ha avanzado hacia la lucha contra el cáncer: la nanotecnología.

La nanotecnología es un nuevo campo de investigación multidisciplinario en el que se diseña, produce y se aplican estructuras, dispositivos o sistemas mediante un control de la forma y el tamaño a escala nanométrica. Algunos investigadores y científicos han asegurado que esta revolución nanométrica promete superar el impacto de la Revolución Industrial.

En medicina, las nanoparticulas se han utilizado en general para la mejora de fármacos, los diseños novedosos de biomateriales y en terapias o implantes. Una de las nanopartículas más estudiadas actualmente son las del oro.

El oro, aliado por excelencia

Gracias a las magníficas propiedades del oro, como el hecho de que no interactúa con la mayoría de los compuestos, no se corroe y no es tóxico para el cuerpo, este metal ha sido fundamental en las nuevas investigaciones de la medicina, sobre todo en la era de la nanotecnología para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades mortales como el cáncer.

Con un tamaño de casi cien a diez mil veces menor a las células humanas, las nanopartículas de oro pueden ofrecer interacciones con biomoléculas, tanto en la superficie como dentro de las células, lo que puede revolucionar el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad.

¿Cómo se trabajan las nanopartículas de oro?

En la Universidad de Rice, en Texas, los oncólogos inyectan a pacientes esferas nanométricas envueltas en oro. Las nanopartículas -más pequeñas que un glóbulo rojo-, se acumulan en un tumor tras escurrirse por el torrente sanguíneo a través de pequeños agujeros en los vasos sanguíneos del tumor, que crecen exponencialmente. Una vez allí, el oro espera hasta que un oncólogo lo bombardea con luz infrarroja cercana y de esta manera se aseguran de atacar únicamente a células infectadas y no a las células sanas.

Las esferas de oro también están hechas para absorber ciertas longitudes de onda de luz, en lugar de reflejarlas, así convierten la luz en calor y cuando la temperatura en el tumor asciende por encima de 40 grados Centígrados, las células cancerosas se deforman, se marchitan y luego se desintegran.

Según Chad Mirkin, químico de la Universidad de Northwestern, el mayor obstáculo para seguir avanzando hacia el uso de nanopartículas de oro no es el valor adquisitivo, pues las terapias solo llegan a utilizar un 3% de una moneda de oro pequeña. Sin embargo, son las rigurosas pruebas de seguridad las que siguen siendo un inconveniente. “Todo lo miniaturizado es diferente”, por lo que “los investigadores deben seguir confirmando que “los nuevos tratamientos basados ​​en oro son amigables para el cuerpo”.

Aunque la terrible guerra contra el cáncer aún está lejos de ser ganada, cada vez son más los campos de investigación y las ramas de la ciencia que se suman al intento. Un número creciente de investigaciones, terapias y científicos trabajan día con día para seguir ganando pequeñas batallas.

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Fuente: Smithsonian.com