El queso parmesano no sería posible sin el cobre.

El queso parmesano no sería posible sin el cobre.

El queso parmesano tiene un sabor sin igual, y esto es gracias a que se elabora en enormes calderos de cobre en los que se calienta la leche. 

La tradición establece que estos calderos deben ser únicamente de cobre, debido a su excelente conductividad térmica, ya que la rapidez con que se calienta y enfría, permite mantener su delicioso sabor natural.