26 Dic 2022 Los minerales que iluminan la Navidad
La navidad es una celebración antigua pero la forma en que la vivimos tiene muchos detalles que se agregaron apenas hace uno o dos siglos. Uno de ellos son las luces que iluminan el árbol y las fachadas de los hogares. En este elemento básico del decorado navideño los minerales han estado presentes desde el principio.
La tradición de iluminar los árboles navideños es de origen alemán pero las luces como las conocemos hoy provienen de Estados Unidos. En Alemania se usaban tradicionalmente velas, lo que traía consigo riesgos por el uso de fuego. El país donde se patentó la bombilla eléctrica fue el primero donde se decoró de forma segura y recurriendo a electricidad para festejar la Navidad.
Edward Hibberd Johnson, quien fue amigo y socio de Thomas Alba Edison, fue el primero en usar una iluminación eléctrica. Edison consiguió la patente de la bombilla eléctrica en 1880. Para 1882 Johnson decoró su árbol de navidad en Nueva York usando 80 bombillas eléctricas rojas, azules y blancas.
Para 1984 el presidente estadounidense Grover Cleveland se unió a esta propuesta de iluminación eléctrica para navidad. La casa blanca se cubrió con luces de colores para la festividad. A partir de entonces el resto del mundo adoptó la práctica y ahora vemos luces de colores que iluminan las celebraciones navideñas alrededor del mundo.
Los minerales son una parte básica para construir estas luces. Para comenzar, la energía eléctrica debe llegar a las luces y esto se consigue con cables de cobre que conducen la electricidad. Este material tiene una conductividad alta, sus propiedades mecánicas permiten hacer filamentos delgados y continuos, además es fácil de procesar y abundante.
Para que la electricidad llegue de forma segura a las luces se requiere un material aislante. El más común es el cloruro de polivinilo, mejor conocido como PVC. Este material se fabrica con etileno, cloro, hidrógeno y carbono.
Por mucho tiempo se usaron series de luces construidas con muchas pequeñas bombillas eléctricas. Para producir luz estas bombillas tenían un filamento de metal, normalmente tungsteno. El filamento se encerraba en una bombilla de vidrio o cuarzo fundido. Para evitar oxidación en el metal se llenaba la bombilla con un gas inerte.
Un problema con estas series es que consumían mucha energía. Cada bombilla usaba entre 5 y 10 watts. Además de provocar cuentas muy altas en el recibo eléctrico producían mucho calor, un riesgo común era que quemaran los objetos cercanos.
En la década de los 70 comenzaron a comercializarse luces más pequeñas de apenas 2.5 watts cada una. Su mayor ventaja es que no se calentaban tanto y reducían el consumo de electricidad. Su mayor desventaja es que estaban conectadas en serie, así que si una dejaba de funcionar se rompía el circuito y las demás dejaban de funcionar.
A finales del siglo XX comenzaron a comercializarse las luces basadas en Diodoro Emisor de Luz (LED). Actualmente son las más populares ya que su consumo de energía eléctrica es mucho menor. Las luces LED se basan en materiales semiconductores que son capaces de producir distintos colores. Muchos de estos materiales son compuestos basados en Galio.
Aunque la historia de las luces navideñas como las conocemos es corta, ha tenido muchos cambios. Los minerales han sido una parte importante de su desarrollo. Materiales como el cobre siguen siendo un producto importante para la industria minera mexicana y para los fabricantes de productos electrónicos.
Fuentes
https://quimicafacil.net/varios/la-quimica-de-las-luces-de-navidad/
https://www.milenio.com/estilo/luces-navidenas-historia-origen-significado-adorno-arbol