Níquel: el mineral que podría cambiar el futuro del reciclaje de plásticos

Níquel: el mineral que podría cambiar el futuro del reciclaje de plásticos

El reciclaje de plásticos, especialmente los llamados poliolefinas (bolsas, botellas de leche, empaques y envolturas), ha sido un desafío global. Estos materiales representan casi dos tercios del plástico producido en el mundo y, sin embargo, menos del 10 % llega a reciclarse. La razón es su estructura: cadenas de átomos de carbono unidas por enlaces muy fuertes y estables que resisten la descomposición.

Un equipo de la Universidad Northwestern ha dado un paso sorprendente: crear un catalizador a base de níquel capaz de romper esos enlaces de manera selectiva y eficiente . La técnica utiliza un proceso llamado hidrogenólisis, donde gas hidrógeno y el catalizador descomponen los plásticos en hidrocarburos útiles: aceites, ceras y combustibles de mayor valor.

¿Por qué níquel y no otros metales?

Hasta ahora, los catalizadores más eficaces provenían de metales nobles como el platino o el paladio. Estos materiales funcionan bien porque facilitan la ruptura de enlaces químicos, pero presentan dos problemas:

Escasez: son minerales raros y costosos, con mercados volátiles.

Condiciones extremas
: requieren temperaturas y presiones muy altas para trabajar, lo que encarece y complica los procesos industriales.

El níquel, en cambio, es mucho más abundante, accesible y económico. La innovación está en la variante usada: níquel catiónico de sitio único, que actúa como un bisturí químico. En lugar de atacar toda la estructura del plástico, se dirige directamente a los enlaces carbono-carbono, reduciendo a la mitad la presión de hidrógeno necesaria y funcionando a temperaturas mucho más bajas.

Esta precisión no solo abarata el proceso, sino que lo vuelve más sostenible. Además, el catalizador mostró una tolerancia inesperada: la presencia de PVC, plástico que normalmente inutiliza el reciclaje, no solo no lo daña, sino que mejora la reacción. Esto abre la puerta a reciclar mezclas de plásticos que antes eran imposibles de tratar .

Implicaciones para la minería y la sustentabilidad

El hallazgo no solo es un avance científico, también subraya la importancia de minerales como el níquel en la innovación tecnológica. La minería de níquel ya es clave en baterías, acero inoxidable y aleaciones resistentes al calor. Ahora podría convertirse en el centro de una revolución en la gestión de residuos plásticos.

Si este catalizador se logra escalar a nivel industrial, podríamos estar ante una tecnología que elimine la necesidad de separar los plásticos por tipo, reduzca la generación de microplásticos y transforme un desecho en recursos útiles.

En un mundo que produce más de 220 millones de toneladas de poliolefinas cada año, este avance muestra cómo la ciencia y los minerales se combinan para enfrentar uno de los problemas ambientales más urgentes: el exceso de plástico.


Fuentes:

PopScience

Science Daily