20 Abr 2018 Tierras raras: Japón quiere competir con China gracias a un descubrimiento espectacular
Científicos japoneses anunciaron el descubrimiento de gigantescas reservas de componentes estratégicos. Pero la explotación de estos depósitos puede requerir más de diez años de investigación y no es seguro que sea rentable.
En febrero pasado, Toyota anunció triunfalmente que acababa de encontrar una tecnología para reducir el volumen de neodimio utilizado en los imanes de los motores eléctricos de sus automóviles. Durante años, el constructor automotriz buscó reemplazar parcialmente esta tierra rara, muy cara y explotada principalmente en China por elementos más baratos y abundantes. Al igual que los otros gigantes japoneses el grupo se estremeció en 2010 cuando Beijing, después de una enésima disputa diplomática con Tokio, decidió castigar a Japón al suspender sus exportaciones de neodimio al archipiélago.
Un volumen gigantesco
Según su estudio publicado en la revista en línea Scientific Reports, estos depósitos encontrados en el lodo a una profundidad de 5,600 metros, en un área de más de 2,500 kilómetros cuadrados, albergarían el equivalente a 780 años de suministro de itrio (utilizado en fibra óptica), 620 años de consumo de europio (presente en pantallas LCD), o 730 años de disprosio (en motores eléctricos). “Este descubrimiento de un tremendo volumen de tierras raras contribuirá a la seguridad de los recursos de muchos países, incluido Japón”, dijo Yutaro Takaya, uno de los líderes del estudio.
Si finalmente van a competir con los envíos chinos, estos depósitos también podrían obligar a Beijing a mantener sus aranceles. “Podremos definir un umbral de precio para estos elementos ubicados en lodos y así aclarar un nivel razonable para los depósitos explotados en la tierra”, explica el científico. “Es una fuerte carta diplomática contra China”, insiste.
Enormes inversiones
Este entusiasmo, sin embargo, no es compartido por todos los especialistas en el sector. “Este descubrimiento no es relevante en el corto plazo, pero podría convertirse en un activo estratégico en varias décadas a medida que se desarrollen el mercado de tierras raras y la evolución de las tecnologías de minería subacuática”, indica Ryan Castilloux, el director de Adamas Intelligence. El analista observa que las tierras raras identificadas por la misión japonesa se distribuyen a gran profundidad sobre una vasta área geográfica y en concentraciones mucho más bajas que las minas terrestres, donde la extracción es más simple. “Llevará diez años o más pasar de un descubrimiento como este a un desarrollo y el éxito está lejos de estar garantizado”, explica.